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Referencias Cruzadas

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Jeremías 10:6

La Palabra (versión española)

¡Nadie, Señor, tan grande como tú! ¡Qué grande y qué poderoso es tu nombre!

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27 Referencias Cruzadas  

¡Por eso eres grande, Señor Dios! No hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, por todo lo que ha llegado a nuestros oídos.

porque es grande el Señor, es digno de alabanza, y más admirable que todos los dioses.

Así que cuando oigáis el sonido de la corneta acudid allí para ayudarnos. Nuestro Dios luchará por nosotros.

Ahora, pues, Dios nuestro, Dios grande, poderoso y terrible, que eres misericordioso y te mantienes fiel a la alianza: ¡No tengas en poco todo el dolor que sufrieron nuestros reyes, nuestros príncipes y sacerdotes, nuestros profetas y todo tu pueblo desde los tiempos de los reyes asirios hasta el día de hoy!

El Señor es grande, digno de alabanza, es insondable su grandeza.

Nuestro Dios es grande y poderoso, es infinita su sabiduría.

Todo mi ser proclamará: «Señor, ¿quién como tú?». Tú libras al débil del que es más fuerte, al humilde y al pobre del explotador.

El Señor es grande y digno de toda alabanza; en la ciudad de nuestro Dios está su santo monte,

Porque es grande el Señor, es digno de alabanza, más admirable que todos los dioses.

¿Quién hay como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible por tus hazañas, autor de prodigios?

Los egipcios las recogieron y las amontonaron; y un hedor insoportable se extendió por todo el país.

porque si no, voy a desencadenar esta vez sobre ti, sobre tus cortesanos y sobre todo tu pueblo, todas mis plagas. De este modo aprenderás que no hay nadie que se me parezca en toda la tierra.

Gritad, vitoread, habitantes de Sion, que es grande entre vosotros el Santo de Israel.

¿Con quién compararéis a Dios, a qué imagen lo asemejaréis?

¿Con quién me compararéis? ¿Con quién me asemejaréis? —dice el Santo—.

¿A quién me compararéis e igualaréis, me asemejaréis y asimilaréis?

recordad el pasado lejano. Yo soy Dios, no hay otro; yo soy Dios, nadie como yo.

No es así la porción de Jacob, pues él ha creado todo; Israel es tribu de su propiedad, se llama Señor del universo.

Aunque pones de manifiesto tu amor por generaciones, castigas la culpa de los padres en sus descendientes. Eres un Dios grande y poderoso: ¡Te llamas Señor del universo!

Di entonces la orden de que trajeran a mi presencia a todos los sabios de Babilonia, con la intención de que me proporcionaran la interpretación del sueño.

Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y reconozco la gloria del Rey del cielo: todas sus obras son verdaderas; todas sus formas de actuar, justas. Él tiene poder para humillar a las personas arrogantes.

Porque, desde el levante hasta el poniente, se reconoce la grandeza de mi nombre en todas las naciones, y en todo lugar se me ofrece incienso y una ofrenda pura. Ciertamente se reconoce la grandeza de mi nombre en todas las naciones —dice el Señor del universo—,

Para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios: el Padre, de quien todo procede y a quien todos estamos destinados; y solo hay un Señor: Jesucristo, mediante el cual han sido creadas todas las cosas y por quien vivimos también nosotros.

¡Bien saben nuestros enemigos que su roca no es como la nuestra!

No hay nadie comparable al Dios de Jesurún, que cabalga lleno de majestad sobre las nubes del cielo para venir en tu ayuda.




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