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Referencias Cruzadas

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Jeremías 1:6

La Palabra (versión española)

Respondí: —Ay, Señor mi Dios. ¡Pero si no sé ni hablar; soy muy joven!

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12 Referencias Cruzadas  

Moisés replicó: —No me creerán, ni me escucharán; dirán que no se me ha aparecido el Señor.

Respondió Moisés al Señor: —Si ni siquiera los propios israelitas me hacen caso, ¿cómo me va a hacer caso el faraón, con lo torpe de palabra que soy?

Pero Moisés replicó al Señor: —¿Cómo me va a escuchar el faraón, con lo torpe de palabra que soy?

Me dije entonces: «¡Ay de mí, estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros, yo, que habito entre gente de labios impuros, y he visto con mis propios ojos al Rey, Señor del universo».

Yo respondí: —¡Ay, Señor mi Dios! La culpa es de los profetas que les dicen: «No veréis la espada ni pasaréis hambre; os concederé permanente seguridad en este lugar».

—¡Ay, Señor mi Dios! Tú eres quien ha hecho el cielo y la tierra con gran poder y brazo extendido. Nada te resulta imposible.

El profeta Jeremías transmitió todas estas palabras a Sedecías, rey de Judá, en Jerusalén.

Yo dije: «Ay, Señor mi Dios, ciertamente engañaste a este pueblo y a Jerusalén, pues dijiste que tendrían paz, pero la espada amenaza su garganta».

Yo dije: —¡Ay, Señor mi Dios! Date cuenta que mi boca no ha probado nada impuro, que no he comido carne de animal encontrado muerto o despedazado, que desde mi juventud no he probado carne en malas condiciones.

Y yo pregunté: —¿Qué es lo que estos vienen a hacer? Me contestó: —Los cuernos representan a quienes dispersaron a Judá hasta el punto de que ya nadie podía levantar cabeza; los herreros, por su parte, vienen para hacer temblar y derribar los poderes que esas naciones desencadenaron contra el país de Judá a fin de dispersarlo.




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