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Referencias Cruzadas

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Jeremías 1:1

La Palabra (versión española)

Palabras de Jeremías, hijo de Jelcías, uno de los sacerdotes de Anatot, en territorio de Benjamín.

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23 Referencias Cruzadas  

En cuanto al sacerdote Abiatar, el rey le dijo: —¡Márchate a Anatot, a tus tierras! Estás condenado a muerte, pero hoy no voy a matarte, ya que llevaste el Arca del Señor Dios, delante de mi padre David y lo acompañaste en todas sus desgracias.

Jococ con sus ejidos y Rejob con sus ejidos.

Jeremías le dedicó una elegía, y hasta el día de hoy todos los cantores y cantoras siguen recordando a Josías en sus elegías, que se convirtieron en una tradición para Israel y ahora están escritas en las Lamentaciones.

Sedecías ofendió al Señor y no hizo caso a Jeremías, el profeta inspirado por Dios.

Así se cumplió la palabra del Señor pronunciada por medio de Jeremías: «Hasta que haya recuperado sus descansos sabáticos, el país descansará durante el tiempo de la desolación que durará setenta años».

En el año primero de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del Señor anunciada a través de Jeremías, despertó el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, que hizo proclamar de palabra y por escrito lo siguiente:

y ciento veintiocho de Anatot;

Visión que tuvo Isaías, hijo de Amós, sobre Judá y Jerusalén, en tiempos de Ozías, Jotán, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá.

Grita fuerte, Bat Galín; Lais, escúchala tú; dale respuesta, Anatot.

Visión que tuvo Isaías, hijo de Amós, sobre Judá y Jerusalén.

Pues bien, el Señor se dirige a los de Anatot que tratan de matarte y andan diciendo: «No profetices en el nombre del Señor y no tendremos que darte muerte».

Entonces, ¿por qué no has llamado la atención a Jeremías, de Anatot, que actúa de profeta entre vosotros?

Palabra que recibió Jeremías de parte del Señor:

salió Jeremías de Jerusalén en dirección al territorio de Benjamín, para repartir unas tierras entre sus familiares.

el Señor comunicó su palabra al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzí, en el país de los caldeos, a orillas del río Quebar. La mano del Señor se posó sobre él.

el año primero de su reinado, yo, Daniel, estuve investigando en las Escrituras sobre los setenta años que tenía que permanecer Jerusalén en ruinas, según la palabra dirigida por el Señor al profeta Jeremías.

Palabras que Amós, uno de los pastores de Tecoa, recibió sobre Israel en visión profética en tiempos de Ozías, rey de Judá, y de Jeroboán, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.

Amasías, sacerdote de Betel, envió a decir a Jeroboán, rey de Israel: «Amós anda conspirando contra ti en medio de Israel y el país no puede tolerar más sus palabras, pues anda diciendo que

Ellos contestaron: —Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, que Elías, y otros, que Jeremías o algún otro profeta.

Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías:

Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: Tomaron las treinta monedas de plata, que fue el precio de aquel a quien tasaron los israelitas,




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