Al atardecer, la paloma regresó portando en su pico una rama de olivo recién arrancada. Noé comprendió que las aguas iban desapareciendo.
Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma desde el arca.
Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma, pero esta vez ya no volvió.
y que, por tanto, debían hacer correr la voz por Jerusalén y por todas sus ciudades para que salieran al monte y trajeran ramas de olivo y de acebuche, de mirto, de palmeras y de otros árboles frondosos para hacer cabañas, según lo prescrito.
¿Y cómo lo van proclamar si no son enviados? Por eso dice la Escritura: ¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian buenas noticias!