Génesis 6:2

La Palabra (versión española)

los hijos de Dios, viendo que las hijas de los seres humanos eran hermosas, tomaron como mujeres a todas las que quisieron.

Referencias Cruzadas

Génesis 12:11

Cuando ya estaba llegando a Egipto, Abrán dijo a Saray, su mujer: —Es evidente que eres una mujer muy bella;

Génesis 24:3

y júrame por el Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no dejarás que mi hijo se case con una mujer de este país de Canaán, donde yo habito,

Génesis 26:35

Estas dos mujeres trajeron muchos disgustos a Isaac y a Rebeca.

Génesis 27:46

Luego Rebeca dijo a Isaac: —Estas nueras hititas me están amargando la vida. Como Jacob se case también con una de esas hititas, con una nativa de este país, ¡más me valdría morir!

Génesis 3:6

Entonces la mujer se dio cuenta de lo hermoso que era el árbol, de lo deliciosos que eran sus frutos y lo tentador que era tener aquel conocimiento; así que tomó del fruto y comió, dándoselo seguidamente a su marido que estaba junto a ella y que también comió.

Génesis 4:26

Set tuvo también un hijo al que llamó Enós. Desde entonces se comenzó a invocar el nombre del Señor.

Génesis 6:1

Cuando los seres humanos comenzaron a multiplicarse sobre la tierra y tuvieron hijas,

Génesis 6:3

Entonces el Señor dijo: —No voy a permitir que mi aliento de vida esté en el ser humano para siempre, porque él no es más que un simple mortal. Así que la duración de su vida será de ciento veinte años.

2 Samuel 11:2

Una tarde, después de levantarse de la siesta y mientras paseaba por la terraza de palacio, David vio desde allí a una mujer que se estaba bañando. Era una mujer muy hermosa.

Esdras 9:12

No caséis, por tanto, vuestras hijas con sus hijos, ni vuestros hijos con sus hijas. No concertéis pactos con ellos ni busquéis su favor; de esta manera vosotros os haréis fuertes, comeréis los mejores frutos de la tierra y la dejaréis como herencia a vuestros hijos para siempre».

Job 1:6

Un día se presentaron ante el Señor los hijos de Dios; también Satán entró con ellos.

Job 31:1

Yo hice un pacto con mis ojos de no fijarme en doncella.

Éxodo 34:16

No tomes a sus hijas como esposas para tus hijos, pues puede que cuando ellas rindan culto a sus dioses, induzcan también a vuestros hijos a rendir culto a esos mismos dioses.

Isaías 63:16

que eres nuestro padre, pues Abrahán no sabe quiénes somos e Israel no ha llegado a conocernos. Tú eres el Señor, nuestro padre, desde siempre te llamas «Redentor».

Malaquías 2:11

Judá ha cometido traición; en Israel y en Jerusalén se han hecho cosas aborrecibles, pues Judá ha profanado el santuario amado por el Señor al permitir matrimonios con mujeres que adoran a dioses extranjeros.

Malaquías 2:15

¿No ha hecho Dios un solo ser, un cuerpo animado por el espíritu? ¿Y qué es lo que busca este único ser? Pues una descendencia concedida por Dios. Así que cuidad vuestro espíritu y no traicionéis a la esposa de vuestra juventud.

1 Corintios 7:39

Durante la vida de su marido, la mujer está ligada a él; pero si el marido muere, la mujer queda libre para casarse con quien le plazca, siempre que lo hagan como cristianos.

2 Corintios 6:18

Seré padre para vosotros y vosotros seréis mis hijos e hijas, —dice el Señor todopoderoso.

Deuteronomio 14:1

Vosotros sois hijos del Señor vuestro Dios. No os haréis incisiones ni os raparéis la frente por un muerto,

2 Pedro 2:14

Miran con ojos cargados de pasión a la mujer adúltera; están siempre hambrientos de pecado; seducen a los débiles; su corazón rebosa avaricia; ¡son unos malditos!

1 Juan 2:16

Y es que cuanto hay de malo en el mundo —pasiones carnales, turbios deseos y ostentación orgullosa—, procede del mundo y no del Padre.