Cuando el Arca del Señor entraba en la ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, que estaba asomada a la ventana, vio al rey David saltando y bailando delante del Señor y sintió un profundo desprecio por él.
estaban revestidos de paneles de madera. Las ventanas enrejadas y las galerías de los tres lados estaban guarnecidas de madera todo alrededor, excepto los alféizares. Desde el suelo hasta las ventanas había también un revestimiento,
y constituía una construcción de tres galerías superpuestas que se levantaba entre el atrio interior de diez metros y el enlosado que forma parte del atrio.
Después que el amo de la casa se levante y cierre la puerta, los que hayáis quedado fuera comenzaréis a golpear la puerta diciendo: «¡Señor, ábrenos!». Pero él os contestará: «No sé de dónde sois».