Matusalén tenía ciento ochenta y siete años cuando engendró a Lámec.
Enoc engendró a Irad, y este engendró a Mejuyael. Mejuyael engendró a Metusael, y este a Lámec.
Vivió, pues, Enoc de acuerdo con la voluntad de Dios y desapareció, porque Dios se lo llevó.
Después del nacimiento de Lámec, Matusalén vivió setecientos ochenta y dos años más, tuvo otros hijos e hijas,