Agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob; escuchad a vuestro padre Israel:
Rubén, tú eres mi primogénito, mi fuerza y primicia de mi virilidad, el primero en rango, el primero en poder.
Hijos míos, ¡venid y escuchadme! Yo os enseñaré cómo venerar al Señor.
¿Quién es el que ama la vida, y desea días para ser feliz?
Escucha a tu padre que él te engendró, y no desprecies a tu madre, aunque envejezca.
Hijo mío, confía en mí y mira con buenos ojos mis indicaciones.
Hijo mío, atiende a mi sabiduría, presta oído a mi inteligencia;
Cumple, hijo mío, los mandatos de tu padre y no desprecies las enseñanzas de tu madre.
Hijo mío, conserva mis palabras y guarda en tu interior mis mandatos.
Y ahora, hijo mío, escúchame y presta atención a mis palabras:
Y ahora, hijos, escuchadme: felices quienes siguen mis caminos.
Reuníos todos y escuchad: ¿Quién de vosotros predijo estas cosas? El Señor lo ama y él [Ciro] hará su voluntad en Babilonia, entre los hijos de los caldeos.