Así que cuando a Jacob y a sus hijos se les acabó el grano que trajeron de Egipto, su padre les dijo: —Id otra vez a comprar un poco más de alimento para nosotros.
Y Judá dijo a su padre Israel: —Deja que el muchacho venga bajo mi cuidado y pongámonos inmediatamente en marcha; solo así nosotros, tú y nuestros hijos podremos sobrevivir y no moriremos.
Por aquel tiempo enfermó gravemente Ezequías. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a visitarlo y le dijo: —Así dice el Señor: Pon en orden tus asuntos, pues vas a morir; no te curarás.