Entonces Judá dijo a Onán: —Cásate con la viuda de tu hermano y cumple con ella tu deber de cuñado dando descendencia a tu hermano.
Un día la hija mayor le dijo a la menor: —Nuestro padre se va haciendo viejo y no han quedado hombres por esta región con quien podamos unirnos, como se hace en todas partes.
No tendrás relaciones sexuales con tu cuñada, pues es como deshonrar a tu hermano.
Pero Noemí insistió: —Volveos, hijas mías. ¿A qué vais a venir conmigo? Ya no tendré más hijos que puedan casarse con vosotras.