Él respondió: —Te mandaré uno de los cabritos de mi rebaño. Ella replicó: —Está bien, pero me tienes que dejar algo en garantía hasta que me lo mandes.
así que se desvió del camino hacia donde estaba ella y, sin saber que era su nuera, le dijo: —Vamos, que quiero acostarme contigo. Ella le preguntó: —¿Cuánto me darás por acostarme contigo?
Judá preguntó: —¿Qué quieres que te deje? Ella respondió: —Tu sello con su cordón y el bastón que llevas en la mano. Judá se los entregó, se acostó con ella y la dejó embarazada.
a todas las prostitutas se les paga lo convenido. Tú, en cambio, hacías regalos a todos tus amantes y los atraías con mercedes para que vinieran de los alrededores a fornicar contigo.
Y el amo elogió la astucia de aquel administrador corrupto porque, en efecto, los que pertenecen a este mundo son más sagaces en sus negocios que los que pertenecen a la luz.
Algún tiempo después, en los días de la siega del trigo, fue Sansón a visitar a su esposa llevándole un cabrito. Y dijo: —Quiero acostarme con mi esposa en la alcoba. Pero el padre de ella no lo dejó entrar.