Génesis 32:9

La Palabra (versión española)

pues pensó: «Si Esaú ataca a un grupo, el otro podrá escapar».

Referencias Cruzadas

Génesis 17:7

Establezco mi alianza contigo y, después de ti, con todas las generaciones que desciendan de ti. Será una alianza perpetua: yo seré tu Dios y el de tus descendientes.

Génesis 28:13

El Señor estaba en pie sobre ella y le decía: —Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abrahán y el Dios de Isaac; yo te daré a ti y a tu descendencia la tierra sobre la que estás acostado.

Génesis 28:15

Yo estoy contigo; te protegeré adondequiera que vayas y te traeré de vuelta a esta tierra, porque no te abandonaré hasta que haya cumplido lo que te he prometido.

Génesis 31:13

Yo soy el Dios de Betel, el lugar donde ungiste una piedra votiva y me hiciste una promesa. Márchate, pues, de aquí y regresa a la tierra que te vio nacer».

Génesis 31:29

Ahora yo podría castigaros, pero anoche el Dios de tu padre me habló y me dijo que no se me ocurriera hacerte reproche alguno, ni para bien ni para mal.

Génesis 31:3

Entonces el Señor le dijo a Jacob: —Vuelve a la tierra de tus padres, donde están tus parientes, que yo estaré contigo.

Génesis 31:42

Si el Dios de mi padre —el Dios de Abrahán, el Terror de Isaac— no hubiera estado conmigo, es bien seguro que me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche salió en mi defensa.

Génesis 31:53

Y que el Dios de Abrahán y el Dios de Najor sea nuestro juez. Entonces Jacob juró por el Terror de Isaac, su padre.

Génesis 32:8

Entonces Jacob se llenó de miedo y angustia. Dividió en dos grupos la gente que lo acompañaba, y lo mismo hizo con las ovejas, las vacas y los camellos,

Génesis 49:25

Que te proteja el Dios de tu padre, que el Todopoderoso te bendiga con bendiciones arriba en el cielo, con bendiciones abajo en el abismo, con bendiciones que colmen pechos y senos maternos.

2 Crónicas 20:12

Dios nuestro, dales su merecido, pues nosotros nos sentimos indefensos ante esta enorme multitud que nos ataca y no sabemos qué hacer, si no es poner en ti nuestra mirada.

2 Crónicas 20:6

y exclamó: —Señor, Dios de nuestros antepasados: tú eres el Dios de los cielos, tú gobiernas todos los reinos de las naciones y tienes el poder y la fuerza, sin que nadie pueda resistirte.

2 Crónicas 32:20

En tal coyuntura el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amón, se pusieron a orar, clamando al cielo.

Salmos 50:15

Invócame en tiempo de angustia, yo te salvaré y tú me darás gloria».

Salmos 91:15

Me llamará y le responderé, estaré con él en la angustia, lo libraré y lo engrandeceré;

Éxodo 3:6

Y añadió: —Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Moisés, sintió miedo de mirar a Dios y se tapó la cara.

Jeremías 32:16

Después de entregar el contrato de compra a Baruc, hijo de Nerías, oré al Señor así:

1 Samuel 30:6

David estaba muy preocupado, porque la gente, afligida por sus hijos e hijas, hablaba de apedrearlo. Pero, reconfortado por el Señor, su Dios,