Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Génesis 32:6

La Palabra (versión española)

Tengo vacas, asnos, ovejas, criados y criadas. Envío este mensaje a mi señor con la esperanza de ser recibido amistosamente.»

Ver Capítulo Copiar

14 Referencias Cruzadas  

y se puso en marcha con todo su ganado y con todos los bienes que había acumulado en Parán Aram; luego se encaminó hacia la tierra de Canaán, donde vivía su padre Isaac.

Yo no merezco el amor y la fidelidad que has tenido con este siervo tuyo. Cuando crucé este río Jordán, no tenía más que mi bastón; pero ahora puedo formar dos campamentos.

Cuando los mensajeros regresaron, dijeron a Jacob: —Hemos ido adonde está tu hermano Esaú, y ahora viene a tu encuentro con cuatrocientos hombres.

Entonces Jacob se llenó de miedo y angustia. Dividió en dos grupos la gente que lo acompañaba, y lo mismo hizo con las ovejas, las vacas y los camellos,

Cuando Jacob vio que se acercaba Esaú con cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lía, Raquel y las dos criadas.

Entonces Esaú dijo: —Permíteme al menos que te acompañen algunos de mis hombres. Y Jacob respondió: —No hay necesidad. Es bastante con haberme ganado la benevolencia de mi señor.

Y preguntó Esaú: —¿Qué pretendías con todos esos rebaños que me he venido encontrando? Jacob respondió: —Lograr que mi señor me recibiese amistosamente.

Siquén, por su parte, dijo al padre y a los hermanos de Dina: —Sed benévolos conmigo y os daré cuanto me pidáis.

Ellos respondieron: —Señor, aceptamos ser esclavos del faraón, porque hemos contado con tu favor y nos has salvado la vida.

Os pasará como a quien huye de un león y se topa de pronto con un oso; o como al que entra en su casa, apoya la mano en la pared y lo muerde una serpiente.

Ella le dijo: —Te estoy muy agradecida, señor, porque me has reconfortado y me has hablado cordialmente, aunque no puedo compararme a ninguna de tus criadas.

Cierto día Rut, la moabita, dijo a Noemí: —Déjame ir al campo, a recoger espigas detrás de aquel que me lo permita. Noemí le contestó: —Vete, hija mía.

Ana respondió: —Que tu servidora cuente con tu favor. La mujer se marchó, comió y cambió de semblante.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios