Pero Dios, el Señor, llamó al hombre diciendo: —¿Dónde estás?
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los seres humanos estaban construyendo
y le preguntó: —Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y adónde vas? Ella respondió: —Vengo huyendo de mi señora Saray.
Ellos le preguntaron: —¿Dónde está Sara tu mujer? Abrahán respondió: —Ahí, en la tienda.
El Señor le preguntó a Caín: —¿Dónde está tu hermano Abel? Él respondió: —No lo sé, ¿acaso soy yo el guardián de mi hermano?
Se presentó entonces ante su amo y Eliseo le preguntó: —¿De dónde vienes, Guejazí? Él respondió: —No he ido a ningún sitio.