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Referencias Cruzadas

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Génesis 3:4

La Palabra (versión española)

Pero la serpiente replicó a la mujer: —De ninguna manera moriréis.

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13 Referencias Cruzadas  

Entonces Dios, el Señor, preguntó a la mujer: —¿Por qué hiciste eso? Ella respondió: —La serpiente me engañó y comí.

únicamente nos ha prohibido comer o tocar el fruto del árbol que está en medio del jardín, porque moriríamos.

y le dijo: —Así dice el Señor: Por haber enviado mensajeros a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón, como si en Israel no hubiera un Dios a quien consultar, no volverás a levantarte de la cama donde yaces, porque vas a morir.

Por eso, así dice el Señor: No volverás a levantarte de la cama en que yaces, porque vas a morir». Elías cumplió el encargo.

Nos salió al encuentro un hombre y nos dijo que nos volviéramos al rey que nos había enviado y que le dijéramos: «Así dice el Señor: ¿Es que no hay Dios en Israel, para que tengáis que ir a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón? Por eso, no volverás a levantarte de la cama en que yaces, porque vas a morir».

Eliseo le respondió: —Dile que saldrá vivo de esta enfermedad, aunque el Señor me ha revelado que, en todo caso, va a morir.

Él respondió: «Iré y me convertiré en espíritu de mentira en boca de todos sus profetas». A lo que el Señor dijo: «¡Conseguirás confundirlo! Vete y hazlo así».

Piensa: «Dios lo ha olvidado, ha ocultado su rostro, nunca vio nada».

Vuestro padre es el diablo e intentáis complacerle en sus deseos. Él fue un asesino desde el principio y no se mantuvo en la verdad. Por eso no tiene nada que ver con la verdad. Cuando miente, habla de lo que tiene dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira.

Pero tengo miedo; lo mismo que la serpiente sedujo con su astucia a Eva, temo que pervierta vuestros pensamientos apartándoos de una sincera y limpia entrega a Cristo.

Hay que evitar que Satanás saque partido de esto, conociendo como conocemos sus ardides.

el Señor no lo perdonará, sino que su ira y su celo se encenderán contra esa persona, todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre ella, y el Señor hará que nunca más quede memoria de ella.

Y no fue Adán el que cedió al engaño; fue la mujer la que, dejándose engañar, cayó en pecado.




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