Entonces Isaac, su padre, le dijo: Vivirás lejos de la tierra fértil, lejos del rocío del cielo.
Que Dios te conceda del cielo el rocío, y de la tierra una abundante cosecha de vino y de trigo.
Por la fe bendijo también Isaac a Jacob y a Esaú con vistas al futuro.
A Isaac le di dos hijos: Jacob y Esaú. A Esaú le di en posesión la montaña de Seír. Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.
Esaú dijo: —Yo tengo bastante, hermano mío; quédate con lo tuyo.
Acerca de José dijo: El Señor bendiga su tierra con el rocío precioso del cielo y con las aguas que brotan de la tierra;
¡Vive seguro, Israel! ¡Habita sin enemigos, estirpe de Jacob! Tu tierra está llena de trigo y de mosto, tus cielos destilan rocío.
Cuando Jacob se acercó para besarlo, Isaac le olió la ropa. Entonces lo bendijo con estas palabras: «El aroma de mi hijo es como el aroma de un campo que el Señor ha bendecido.