Cierto día, Abimélec fue a visitar a Isaac desde Guerar. Llegó acompañado de su amigo Ajuzat y de Picol, el jefe de su ejército.
Pero aquella noche Abimélec tuvo un sueño, en el que Dios le dijo: —Vas a morir a causa de la mujer que has tomado, porque ella es una mujer casada.
Isaac les preguntó: —¿Por qué venís a visitarme, si me odiáis y hasta me habéis echado de vuestra tierra?