Isaac se fue de allí y montó su campamento en el valle de Guerar, donde se estableció.
Entonces Abimélec dijo a Isaac: —¡Apártate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros!
Abrió nuevamente los pozos de agua que habían sido cavados en tiempos de su padre Abrahán y que los filisteos habían cegado después de su muerte, y les puso los mismos nombres que su padre les había dado.