El Señor se apareció a Abrán y le dijo: —Yo daré esta tierra a tu descendencia. Entonces Abrán erigió allí un altar al Señor, porque se le había aparecido.
El criado le respondió: —¿Qué he de hacer si la mujer me dice que no quiere venir conmigo a esta tierra? ¿Tendré entonces que llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?
Su padre y su madre le replicaron: —¿Es que no hay ninguna mujer en tu tribu o en todo nuestro pueblo, para que tengas que elegir esposa entre esos filisteos incircuncisos? Sansón respondió a su padre: —Consígueme esa, porque esa es la que me gusta.