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Referencias Cruzadas

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Génesis 22:9

La Palabra (versión española)

Una vez llegaron al lugar que Dios había indicado, Abrahán erigió un altar, preparó la leña y después ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar encima de la leña.

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23 Referencias Cruzadas  

El Señor se apareció a Abrán y le dijo: —Yo daré esta tierra a tu descendencia. Entonces Abrán erigió allí un altar al Señor, porque se le había aparecido.

De allí se dirigió a la zona montañosa, al este de Betel, y allí montó su tienda, teniendo Betel al oeste y Ay al este. En aquel lugar erigió un altar al Señor e invocó allí su nombre.

Entonces Abrán levantó la tienda y fue a establecerse en el encinar de Mambré cerca de Hebrón; allí erigió un altar al Señor.

Pero cuando Abrahán alargó la mano para tomar el cuchillo con el que degollar a su hijo,

Abrahán respondió: —Hijo mío, Dios proveerá el cordero para el holocausto. Y continuaron caminando juntos.

Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura, y los ofreció en holocausto sobre el altar.

colocó la leña, descuartizó el novillo y lo puso sobre la leña.

Dios es el Señor, él nos alumbra, ¡atad con ramas la víctima festiva a los salientes del altar!

Lo llevaron atado y se lo entregaron a Pilato, el gobernador.

Al amanecer, habiéndose reunido a deliberar los jefes de los sacerdotes, junto con los ancianos, los maestros de la ley y el Consejo Supremo en pleno, llevaron atado a Jesús y se lo entregaron a Pilato.

El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era este: Como oveja fue llevado al sacrificio; y como cordero que no abre la boca ante el esquilador, tampoco él despegó sus labios.

Fue Cristo quien nos libró de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros maldito. Pues dice la Escritura: Maldito sea todo el que muera colgado de un madero.

y haced del amor la norma de vuestra vida, pues también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios.

así también Cristo se ofreció una sola vez para cargar con los pecados de la humanidad. Después se mostrará por segunda vez, pero ya no en relación con el pecado, sino para salvar a quienes han puesto su esperanza en él.

Y Abrahán, nuestro padre, ¿no fue justificado por las obras, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?

Cargando sobre sí nuestros pecados, los llevó hasta el madero para que nosotros muramos al pecado y vivamos con toda rectitud. Habéis sido, pues, sanados a costa de sus heridas.




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