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Referencias Cruzadas

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Génesis 20:5

La Palabra (versión española)

Fue él quien me dijo que era su hermana y ella que él era su hermano. Lo hice de buena fe y actuando limpiamente.

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21 Referencias Cruzadas  

Señor, haz justicia a los pueblos; júzgame, Señor, como mi rectitud merece, como corresponde a mi honradez.

Si tú procedes conmigo, como hizo tu padre David, con rectitud e integridad de corazón, cumpliendo lo que te he mandado y guardando mis preceptos y decretos,

Y eso que antes fui blasfemo y perseguí a la Iglesia con violencia. Pero como estaba sin fe y no sabía lo que hacía, Dios nuestro Señor tuvo misericordia de mí

Testigos sois, y lo es Dios también, de lo noble, honrado e irreprochable que fue nuestro proceder para con vosotros, los creyentes.

Si de algo nos sentimos orgullosos es de que la conciencia nos asegura que nuestro comportamiento con todo el mundo, y particularmente con vosotros, ha estado presidido por la sencillez y la franqueza que Dios inspira; es decir, ha sido fruto del favor divino y no del humano saber.

Daniel respondió: —¡Larga vida al rey!

El justo procede con rectitud, ¡dichosos los hijos que deja!

La rectitud guía a los honrados, la perversión arruina a los desleales.

Y los pastoreó con corazón íntegro, los condujo con mano diestra.

¿De qué me vale purificar mi corazón, lavar mis manos en señal de inocencia,

Lavo mis manos en señal de inocencia y me acerco a tu altar, Señor,

La integridad y la rectitud me protejan porque en ti tengo puesta mi esperanza.

El de manos honradas y corazón limpio, quien no desea la mentira ni jura en falso.

«Soy puro, sin un delito; soy inocente, sin culpa.

Bien sé, Dios mío, que tú sondeas las conciencias y amas la sinceridad. Por eso, yo te he hecho todos estos donativos voluntaria y sinceramente, y ahora veo con alegría que tu pueblo, aquí presente, también ha contribuido voluntariamente.

—¡Ay, Señor!, recuerda que me he comportado con fidelidad y rectitud en tu presencia, haciendo lo que te agrada. Y rompió a llorar a lágrima viva.

—El Dios de los dioses, el Señor, lo sabe bien, y debe saberlo también Israel. Si nos hemos rebelado contra el Señor o le hemos sido infieles, que no nos perdone hoy.

Di, por favor, que eres mi hermana; de este modo me tratarán bien por consideración a ti, y podré salvar la vida.

Cuando Dios me hizo andar errante, lejos de la casa de mi padre, le pedí a ella que me hiciese el favor de decir en todos los sitios adonde llegásemos que yo era su hermano.

Y a Sara le dijo: —He dado a tu hermano mil siclos de plata, que servirán para defender tu buena fama ante todos los tuyos y restablecer tu reputación.

¡Que acabe la maldad de los malvados! Fortalece a la persona recta, tú que sondeas el corazón y las entrañas, tú que eres un Dios justo.




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