y a toda aquella gente que estaba agolpada a la puerta de la casa dejaron ciega, desde el más joven al más anciano, de modo que no eran capaces de encontrar la puerta.
Los visitantes dijeron a Lot: —¿Tienes más familiares aquí? Saca de este lugar a tus yernos, a tus hijos e hijas, y a todos los familiares que tengas en esta ciudad,
Cuando los sirios bajaban a capturarlo, Eliseo oró de nuevo al Señor: —Deja ciega a esa gente. Y el Señor los dejó ciegos conforme a la petición de Eliseo.
Pues mira, el Señor va a castigarte: te dejará ciego y durante algún tiempo no verás la luz del sol. Dicho y hecho: Elimas quedó sumido en la más completa oscuridad y se movía a tientas buscando una mano que lo guiara.