Si hoy me condenas al destierro y a ocultarme de tu presencia, tendré que andar errante y vagabundo por el mundo, expuesto a que me mate cualquiera que me encuentre.
son vuestros pecados los que crean un abismo entre vosotros y vuestro Dios; son vuestros delitos los que hacen que oculte su rostro y no os oiga, por no veros ni oíros.