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Referencias Cruzadas

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Génesis 17:16

La Palabra (versión española)

Yo la bendeciré y ella te dará un hijo. La bendeciré y será madre de naciones; de ella saldrán reyes de pueblos.

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17 Referencias Cruzadas  

Y los bendijo Dios diciéndoles: «Sed fecundos y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo».

Te convertiré en una gran nación, te bendeciré y haré famoso tu nombre, y servirás de bendición para otros.

Pero el Señor le respondió: —¡No! Ese hombre no será tu heredero; el heredero será tu propio hijo.

Dijo Dios a Abrahán: —A Saray, tu mujer, ya no la llamarás Saray, sino Sara.

Dios le replicó: —Te digo que Sara te dará un hijo, al que llamarás Isaac. Con él y con sus descendientes mantendré perpetuamente mi alianza.

Te haré extraordinariamente fecundo; de ti surgirán naciones y reyes.

El Señor, tal como había dicho, favoreció a Sara y cumplió la promesa que le había hecho.

Y bendijeron a Rebeca con estas palabras: Tú eres nuestra hermana; sé madre de miles y miles, y que tus descendientes conquisten las ciudades enemigas.

y el Señor le respondió: —Dos naciones hay en tu vientre; dos pueblos separados desde tus entrañas; uno será más fuerte que el otro, el mayor servirá al menor.

Luego añadió: —Yo soy el Todopoderoso; sé fecundo y multiplícate. Un pueblo, una muchedumbre de naciones nacerá de ti y habrá reyes entre tus vástagos.

Antes de que los israelitas tuvieran rey, estos fueron los reyes que reinaron en la tierra de Edom:

sus reyes serán tus tutores, sus princesas serán tus nodrizas; se echarán rostro en tierra ante ti, lamerán el polvo de tus pies; y sabrás que yo soy el Señor, que no defraudo a los que esperan en mí.

Y los términos de la promesa son estos: Yo volveré por este mismo tiempo y Sara tendrá ya un hijo.

El de la esclava nació siguiendo el curso normal de la naturaleza; el de la libre, en cambio, en virtud de una promesa divina.

Buen ejemplo el de Sara, que obedecía a Abrahán llamándole «señor»; vosotras seréis hijas suyas, si hacéis el bien sin dejaros intimidar por nada.




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