Al levantar la vista, Abrahán vio un carnero enredado por los cuernos en los matorrales. Fue entonces, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en sustitución de su hijo.
Grito angustiado por Moab: sus fugitivos van a Soar, van hacia Eglat Salisá. Por la cuesta de Lujit sube la gente llorando; por el camino de Joronáin se oyen gritos desgarradores.
Si su ofrenda para el holocausto es de ganado mayor, ofrecerá un macho sin defecto alguno; lo ofrecerá a la entrada de la Tienda del encuentro para que sea agradable al Señor.
Cuando haya pasado el tiempo de su purificación, sea por un niño o por una niña, traerá al sacerdote, a la entrada de la Tienda del encuentro, un cordero de un año para ofrecerlo en holocausto y un pichón o una tórtola para ofrecerlo como ofrenda de purificación.
Si no tiene medios suficientes para ofrecer un cordero, traerá dos tórtolas o dos pichones: ofrecerá uno como holocausto y el otro como ofrenda de purificación. El sacerdote hará el rito de expiación por ella y quedará purificada.
tomad luego un toro y un carnero para sacrificio de comunión e inmoladlos en presencia del Señor, junto con una ofrenda de cereal amasada con aceite; porque el Señor se manifestará hoy a vosotros».