Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra; solo la podrá contar quien sea capaz de contar todos los granos de polvo que hay en la tierra.
te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos
Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas del cielo y te daré todas estas tierras, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas por medio de tu descendencia,
Tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra: te extenderás a oriente y a occidente, al norte y al sur. Por ti y tu descendencia todos los pueblos de la tierra serán benditos.
Acuérdate de tus siervos Abrahán, Isaac e Israel, a quienes hiciste solemne promesa diciendo: «Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo y daré a vuestros descendientes como herencia perpetua la tierra de la que os he hablado».
Así como no es posible contar los astros del cielo o calcular la arena del mar, así de incontable e incalculable haré a la descendencia de mi siervo David y a los levitas, mis servidores.
Esperando incluso cuando parecía cerrado el camino a la esperanza, creyó Abrahán que llegaría a convertirse en padre de muchos pueblos, según lo que Dios le había prometido: Así será tu descendencia.
Cuando tus antepasados bajaron a Egipto eran apenas setenta personas, pero ahora el Señor tu Dios te ha convertido en un pueblo tan numeroso como las estrellas del cielo.