Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Génesis 14:7

La Palabra (versión española)

Al volver, llegaron a En-Mispat (o sea, Cadés) y conquistaron todo el territorio de los amalecitas y también el de los amorreos que vivían en la región de Jasasón Tamar.

Ver Capítulo Copiar

19 Referencias Cruzadas  

Por eso al pozo aquel, el que se encuentra entre Cadés y Bared, lo llamó Lajay Roí —es decir, Pozo del Viviente que me ve.

Desde allí Abrahán se dirigió hacia la región del Négueb, estableciéndose entre Cadés y Sur. Mientras vivió en Guerar,

Elifaz tuvo una concubina llamada Timná, la cual le dio un hijo que se llamó Amalec. Estos fueron los descendientes de Adá, mujer de Esaú.

Coraj, Gatán y Amalec. Estos fueron los jefes de tribu de Elifaz en la tierra de Edom, todos ellos descendientes de Adá.

Sus informadores le dijeron: —Una gran multitud procedente de Edom, al otro lado del mar, viene contra ti y ya está en Jasesón Tamar, o sea, en Enguedí.

En sus orillas se apostarán los pescadores, y desde Engadí hasta Egláin la gente tenderá redes. La pesca será como la del mar Grande, y además abundantísima.

La frontera meridional del territorio de Gad coincidirá con la frontera que discurre desde Tamar, a través de las aguas de Meribá de Cadés y del torrente (de Egipto), hasta el mar Grande.

Se dirigieron directamente a Moisés y a Aarón, y a toda la comunidad israelita que acampaba en Cadés —en el desierto de Parán—, les dieron cuenta de la misión realizada y les mostraron los frutos de la tierra.

Los amalecitas y los cananeos os harán frente y moriréis a espada porque habéis rehusado seguir al Señor y, por tanto, el Señor no estará con vosotros.

Y los amalecitas y los cananeos, que habitaban en aquella montaña, descendieron, los atacaron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Jormá.

Toda la comunidad israelita llegó al desierto de Sin el primer mes del año, y el pueblo acampó en Cadés. María murió allí, y allí fue sepultada.

Entonces Balaán vio a Amalec y recitó este poema: Amalec es líder entre las naciones, pero acabará pereciendo para siempre.

Así pues, dejamos el Horeb y recorrimos todo ese inmenso y espantoso desierto que habéis visto, camino de las montañas de los amorreos, hasta que llegamos a Cadés Barnea, como el Señor nuestro Dios nos había mandado.

Por eso tuvisteis que permanecer tanto tiempo en Cadés Barnea.

Nibsán, la ciudad de la Sal y Enguedí: seis ciudades con sus aldeas.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios