Abrán llevó consigo a Saray, su mujer, y a su sobrino Lot, junto con todos los bienes que poseían y con todos los esclavos que habían adquirido en Jarán, y se encaminaron hacia la tierra de Canaán. Cuando llegaron,
Los niños crecieron y Esaú se convirtió en un diestro cazador, que prefería vivir en el campo, mientras que Jacob era un hombre tranquilo, apegado a la vida sedentaria.
Les serán quitadas sus tiendas y ganados, sus pabellones y todo su ajuar; les arrebatarán también sus camellos y les gritarán: «Estáis rodeados de terror».