Abrán y Najor se casaron: la mujer de Abrán se llamaba Saray y la de Najor Milcá, que era hija de Aram y hermana de Jiscá.
Algún tiempo más tarde, Abrahán recibió la noticia de que su hermano Najor también había tenido hijos de Milcá.
Dijo Dios a Abrahán: —A Saray, tu mujer, ya no la llamarás Saray, sino Sara.
Aún no había terminado de orar, cuando Rebeca, la hija de Betuel, hijo de Milcá y de Najor, hermano de Abrahán, salía con su cántaro al hombro.
Aunque es cierto que ella es mi hermana: es hija de mi padre, aunque no de mi madre; y también es mi mujer.
Betuel fue el padre de Rebeca. Estos fueron los ocho hijos que Milcá dio a Najor, hermano de Abrahán.
Luego tomó diez de los camellos de su amo y, llevando consigo toda clase de regalos de su amo, se encaminó a Aram Najaráin, a la ciudad de Najor.
Ella respondió: —Soy hija de Betuel, el hijo de Milcá y de Najor.