Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el cuarto día.
los hizo para regir el día y la noche, para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno.
Y dijo Dios: —¡Rebosen las aguas de seres vivos, y que las aves vuelen sobre la tierra a lo largo y ancho de todo el firmamento!
Y vio Dios todo lo que había hecho, y todo era muy bueno. Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el sexto día.
llamando a la luz «día» y a las tinieblas, «noche». Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el primer día.
Y Dios llamó «cielo» al firmamento. Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el segundo día.
Jesús le contestó: —Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez, tú me habrás negado tres veces.