Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el tercer día.
Brotó de la tierra vegetación: plantas con semilla y árboles con su fruto y su semilla, todos según su especie. Y vio Dios que esto era bueno.
Y dijo Dios: —¡Que haya lumbreras en el firmamento para separar el día de la noche, para distinguir las estaciones, y señalar los días y los años;
Y vio Dios todo lo que había hecho, y todo era muy bueno. Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el sexto día.
llamando a la luz «día» y a las tinieblas, «noche». Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el primer día.
Y Dios llamó «cielo» al firmamento. Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el segundo día.
Jesús le contestó: —Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez, tú me habrás negado tres veces.