La ceniza se extenderá por todo el país como una polvareda y en todo Egipto producirá úlceras purulentas en personas y animales.
Entonces hirió a Job con llagas malignas, desde la planta del pie hasta la cabeza.
Recogieron ceniza de horno, la esparció Moisés por el aire en presencia del faraón y tanto personas como animales se cubrieron de llagas purulentas.
El Señor dijo a Moisés y Aarón: —Tomad ceniza de horno, y que Moisés la esparza por el aire en presencia del faraón.
El Señor te hará sufrir con úlceras como las de Egipto, con tumores, sarna y tiña incurables.
El Señor te herirá con úlceras purulentas e incurables en las rodillas, en las piernas, desde la planta del pie hasta la coronilla.
Partió el primer ángel, derramó su copa sobre la tierra y llagas repugnantes y dolorosas se abatieron sobre los que estaban tatuados con la marca de la bestia y adoraban su imagen.