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Referencias Cruzadas

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Éxodo 7:5

La Palabra (versión española)

Cuando haya desplegado mi poder y hecho salir a los israelitas de en medio de ellos, reconocerán los egipcios que yo soy el Señor.

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20 Referencias Cruzadas  

Si camino en peligro, me salvas la vida, extiendes tu mano contra mis rivales y tu diestra me pone a salvo.

El Señor se ha revelado, ha hecho justicia, el malvado está atrapado en sus propias obras. [Pausa]

Así podrás contar a tus hijos y a tus nietos cómo castigué a Egipto y qué prodigios realicé entre ellos; y reconoceréis que yo soy el Señor.

Los cortesanos del faraón le dijeron: —¿Hasta cuándo va a ser este hombre nuestra ruina? Deja marchar a esa gente y que rindan culto al Señor, su Dios.

Y cuando me haya cubierto de gloria a costa del faraón, de sus carros y de su caballería, los egipcios tendrán que reconocer que yo soy el Señor.

Y yo haré que el faraón no se dé por vencido y os persiga; y de nuevo mostraré mi gloria a costa de él y de todos sus ejércitos. Así los egipcios tendrán que reconocer que yo soy el Señor. Los israelitas cumplieron esta orden.

Moisés contó a su suegro lo que Dios, por amor a Israel, había hecho al faraón y a los egipcios, las dificultades que habían encontrado en el camino, y la forma en que el Señor los había librado de ellas.

Pero yo desplegaré mi poder y heriré a Egipto valiéndome de toda clase de prodigios, hasta que el faraón os deje marchar.

El Señor respondió a Moisés: —Ahora verás lo que voy a hacer con el faraón: una fuerza poderosa lo obligará a dejarlos salir y no tendrá más remedio que echarlos de su país.

Por tanto, anuncia a los israelitas: Yo soy el Señor; yo os liberaré de la opresión de los egipcios, os libraré de su esclavitud, os rescataré con gran poder y a ellos los castigaré duramente.

Por tanto, esto dice el Señor: Ahora vas a saber que yo soy el Señor. Por eso, cuando yo, Moisés, golpee las aguas del Nilo con la vara que llevo en mi mano, se convertirán en sangre;

Los egipcios las recogieron y las amontonaron; y un hedor insoportable se extendió por todo el país.

Haré distinción entre mi pueblo y el tuyo. Mañana mismo tendrá lugar esta señal».

Respondió Moisés: —No podemos hacer eso, pues lo que nosotros ofrecemos en sacrificio al Señor, nuestro Dios, es abominable para los egipcios; y si inmolásemos a la vista de ellos lo que consideran abominable, sin duda nos apedrearían.

Ejecutaré contra ellos mi suprema venganza, experimentarán mis castigos y mi cólera; y reconocerán que yo soy el Señor cuando descargue mi venganza sobre ellos.

Dirás: Esto dice el Señor Dios: Aquí estoy contra ti, Sidón, en ti seré glorificado; reconocerán que yo soy el Señor cuando haga justicia con ella y manifieste en ella mi santidad.

Cuando entregue a Egipto a la desolación y todo cuanto lo habita desaparezca, cuando hiera a todos sus moradores, reconocerán que yo soy el Señor.

Santificaré mi nombre glorioso, profanado por vosotros entre las naciones, y reconocerán las naciones que yo soy el Señor —oráculo del Señor Dios— cuando vean que me sirvo de vosotros para manifestar mi santidad.

Y, a partir de aquel día, Israel reconocerá que yo soy el Señor su Dios.

Daré a conocer mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel y no permitiré que vuelva a ser profanado, y las naciones tendrán que reconocer que yo soy el Señor, el santo en Israel.




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