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Referencias Cruzadas

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Éxodo 3:9

La Palabra (versión española)

El lamento de los israelitas ha llegado a mí, y he visto cómo los tiranizan los egipcios.

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22 Referencias Cruzadas  

Y siguió diciendo: —Estás embarazada y darás a luz un hijo a quien pondrás el nombre de Ismael, porque el Señor escuchó tu aflicción.

Y él me dijo: «Echa una mirada y verás como todos los machos que cubren a las ovejas son rayados, manchados o moteados, porque he visto todo lo que Labán te ha estado haciendo.

Pero Joacaz suplicó al Señor y el Señor lo escuchó, pues había visto cómo oprimía el rey de Siria a los israelitas.

—Vuelve y dile a Ezequías, el jefe de mi pueblo: «Así dice el Señor, Dios de tu antepasado David: He oído tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a curarte, y dentro de tres días podrás ir al Templo del Señor.

Tú viste cómo sufrían nuestros antepasados en Egipto, escuchaste en el mar de las Cañas su clamor.

Por la opresión de los humildes, por los gritos de los desvalidos estoy decidido a actuar —dice el Señor— y daré la salvación a quien suspira por ella.

para que pueda proclamar tus alabanzas y alegrarme en tu salvación a las puertas de Sion.

Entonces les impusieron capataces que los sometían a trabajos muy duros. Y así fue cómo construyeron para el faraón las ciudades de almacenamiento de Pitón y Ramsés.

Entonces el faraón ordenó a todo su pueblo: —Arrojad al río a todos los niños hebreos que nazcan; a las niñas dejadlas vivir.

Subió por entonces al trono de Egipto un nuevo rey, que no había conocido a José,

Pasado mucho tiempo, el rey de Egipto murió, pero los israelitas seguían esclavizados, quejándose y lamentándose. Desde la esclavitud sus gritos de dolor llegaron hasta Dios

Y viendo a los israelitas, tuvo conocimiento del trance por el que estaban pasando.

El Señor continuó diciendo: —He visto la angustiosa situación de mi pueblo en Egipto, he escuchado los gritos de dolor que le causan sus opresores y conozco sus calamidades.

Volví a considerar todas las opresiones que se cometen bajo el sol. Ahí está el llanto de los oprimidos, ¡y no encuentran consuelo! La fuerza en manos de sus opresores, ¡y no encuentran consuelo!

La ganancia de un país en todo esto es un rey al servicio del campo.

Escuchad esto, vacas de Basán que [moráis] en la montaña de Samaría, vosotras que oprimís a los pobres, maltratáis a los necesitados y decís a vuestros maridos: «Traednos algo de beber».

Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros antepasados, y él escuchó nuestras súplicas y vio nuestra miseria, nuestras fatigas y nuestra opresión.

—Mañana a estas horas te enviaré a un hombre de la región de Benjamín y tú lo ungirás como jefe de mi pueblo Israel. Él defenderá a mi pueblo del poder de los filisteos, pues he visto el sufrimiento de mi pueblo y me han llegado sus lamentos.




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