Éxodo 3:7

La Palabra (versión española)

El Señor continuó diciendo: —He visto la angustiosa situación de mi pueblo en Egipto, he escuchado los gritos de dolor que le causan sus opresores y conozco sus calamidades.

Referencias Cruzadas

Génesis 16:11

Y siguió diciendo: —Estás embarazada y darás a luz un hijo a quien pondrás el nombre de Ismael, porque el Señor escuchó tu aflicción.

Génesis 18:21

que bajaré a ver si sus acciones se corresponden con la denuncia que contra ellas ha llegado a mí. Si es o no así, lo averiguaré.

Génesis 21:17

Dios escuchó al niño llorar, y desde el cielo el mensajero de Dios llamó a Agar y le dijo: —¿Qué te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del niño que está ahí.

Génesis 29:32

Lía quedó embarazada y dio a luz un hijo, al que llamó Rubén, pues dijo: —El Señor ha visto mi aflicción; ahora mi marido me amará.

Génesis 31:12

Y él me dijo: «Echa una mirada y verás como todos los machos que cubren a las ovejas son rayados, manchados o moteados, porque he visto todo lo que Labán te ha estado haciendo.

Génesis 31:42

Si el Dios de mi padre —el Dios de Abrahán, el Terror de Isaac— no hubiera estado conmigo, es bien seguro que me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche salió en mi defensa.

2 Samuel 22:28

Salvas al pueblo humillado y tu mirada abate a los altivos.

2 Reyes 13:4

Pero Joacaz suplicó al Señor y el Señor lo escuchó, pues había visto cómo oprimía el rey de Siria a los israelitas.

2 Reyes 20:5

—Vuelve y dile a Ezequías, el jefe de mi pueblo: «Así dice el Señor, Dios de tu antepasado David: He oído tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a curarte, y dentro de tres días podrás ir al Templo del Señor.

Nehemías 9:9

Tú viste cómo sufrían nuestros antepasados en Egipto, escuchaste en el mar de las Cañas su clamor.

Salmos 106:44

Pero él se fijó en su angustia, escuchó su clamor

Salmos 12:6

Las palabras del Señor son palabras puras, plata aquilatada en un crisol de barro, que ha sido refinada siete veces.

Salmos 142:3

Cuando mi ánimo desfallece, tú sabes por dónde camino; en la senda que recorro, una trampa me han tendido.

Salmos 145:19

Él cumple el deseo de sus fieles, escucha su grito y los salva.

Salmos 22:24

Porque no despreció ni rechazó el dolor del afligido; no le ocultó su rostro, sino que lo escuchó cuando clamaba.

Salmos 34:4

Yo busqué al Señor y me respondió, me libró de todos mis miedos.

Salmos 34:6

Clama el humilde y el Señor lo escucha, de todas sus angustias lo salva.

Salmos 35:22

Señor, tú lo has visto, no te quedes callado; Dios mío, no te alejes de mí.

Salmos 9:14

para que pueda proclamar tus alabanzas y alegrarme en tu salvación a las puertas de Sion.

Éxodo 1:11

Entonces les impusieron capataces que los sometían a trabajos muy duros. Y así fue cómo construyeron para el faraón las ciudades de almacenamiento de Pitón y Ramsés.

Éxodo 1:8

Subió por entonces al trono de Egipto un nuevo rey, que no había conocido a José,

Éxodo 22:23

Mi ira se encenderá contra vosotros y haré que muráis a espada. Entonces serán vuestras mujeres y vuestros hijos quienes se quedarán viudas y huérfanos.

Éxodo 33:13

pues si realmente es así, dame a conocer tus intenciones para que sepa que confías en mí. Recuerda que esta gente es tu pueblo. El Señor respondió:

Éxodo 5:10

Los capataces y los inspectores de las obras salieron y dijeron al pueblo: —El faraón ha ordenado que en adelante no se os proporcione paja.

Éxodo 5:6

Aquel mismo día el faraón dio a los capataces del pueblo y a los inspectores de las obras las siguientes instrucciones:

Isaías 63:9

en todos sus peligros. No usó mensajeros ni enviados, él en persona los salvó; llevado de su amor y compasión, él mismo los rescató; los liberó y cargó con ellos todos los días de antaño.

Números 20:16

Nosotros clamamos al Señor que oyó nuestro clamor y envió un ángel que nos sacó de Egipto. Ahora estamos en Cadés, ciudad cercana a tus fronteras.

Hechos 7:34

He comprobado cómo mi pueblo sufre en Egipto, he escuchado sus lamentos y me dispongo a librarlos. Así que ahora prepárate, pues voy a enviarte a Egipto.

Hebreos 4:15

Pues no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario, excepto el pecado, ha experimentado todas nuestras pruebas.

1 Samuel 9:16

—Mañana a estas horas te enviaré a un hombre de la región de Benjamín y tú lo ungirás como jefe de mi pueblo Israel. Él defenderá a mi pueblo del poder de los filisteos, pues he visto el sufrimiento de mi pueblo y me han llegado sus lamentos.