pero no pudiendo esconderlo por más tiempo, tomó una canastilla de papiro, la calafateó con betún y brea, colocó en ella al niño y la dejó entre los juncos, a la orilla del río.
Entonces se dijeron unos a otros: —Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos al fuego. (Así fue como usaron ladrillos en lugar de piedra, y alquitrán en lugar de mortero).
El valle de Sidín estaba lleno de pozos de alquitrán y, cuando los reyes de Sodoma y Gomorra intentaron huir, cayeron en ellos. Los demás huyeron a los montes.
que envía sus correos por el mar, por el agua en canoas de junco! Id, rápidos, mensajeros a esa gente esbelta y de tez brillante, a ese pueblo temido por doquier, que domina con fuerza y con nervio, con su tierra surcada por ríos.
Cuando se marcharon los sabios, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: —Levántate, toma al niño y a su madre, huye con ellos a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.
Al darse cuenta Herodes de que aquellos sabios se habían burlado de él, montó en cólera y mandó matar en Belén y sus alrededores a todos los niños menores de dos años, conforme al tiempo que calculó a partir de los informes de los sabios.
un rey que actuó pérfidamente contra nuestra raza y fue cruel con nuestros antepasados, obligándolos a dejar abandonados a sus niños recién nacidos para que no sobrevivieran.