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Referencias Cruzadas

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Éxodo 17:9

La Palabra (versión española)

Y Moisés dijo a Josué: —Elige unos cuantos hombres y sal a luchar contra los amalecitas. Yo estaré mañana en lo alto del monte, empuñando la vara prodigiosa.

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18 Referencias Cruzadas  

y Josué derrotó al ejército de los amalecitas a filo de espada.

Pero tienes que escoger entre el pueblo a hombres capacitados, temerosos de Dios, hombres en quienes puedas confiar, insobornables, y nombrarlos responsables de grupos de mil, de cien, de cincuenta y diez personas.

Moisés, junto con su ayudante Josué, subió al monte de Dios,

El Señor hablaba cara a cara con Moisés, como lo hace uno con un amigo. Cuando Moisés regresaba al campamento, allí se quedaba Josué, su joven ayudante, que no se movía del interior de la Tienda.

Lleva contigo esta vara, pues con ella harás prodigios.

Entonces el Señor le preguntó: —¿Qué tienes en tu mano? —Una vara —respondió Moisés.

Así que Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los montó en un asno y emprendió el regreso a Egipto. En su mano llevaba la vara prodigiosa.

Entonces Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés desde su juventud, intervino diciendo: —Señor mío Moisés, ¡detenlos!

Estos son los nombres de los que Moisés envió a explorar la tierra. A Oseas, hijo de Nun, Moisés le cambió el nombre y le puso por nombre Josué.

De la tribu de Efraín: Oseas, hijo de Nun.

El Señor dijo a Moisés: —Toma a Josué, hijo de Nun, hombre dotado de espíritu, e impón tu mano sobre él.

Fueron también nuestros antepasados quienes la recibieron y quienes, acaudillados por Josué, la introdujeron en el país que ocuparon cuando Dios expulsó a los paganos delante de ellos. Y así continuaron las cosas hasta la época de David.

Moisés, acompañado de Josué, hijo de Nun, se presentó ante todo el pueblo de Israel y les recitó completo este cántico.

Está claro que Josué no introdujo a los israelitas en el descanso definitivo, pues, de haberlo hecho, no se aludiría a «otro día» de descanso después de todo aquello.

El Señor dijo entonces a Josué: —Apunta hacia Ay con el dardo que tienes en tu mano, porque te la voy a entregar. Josué apuntó hacia la ciudad con el dardo que tenía en la mano.

Josué, con todos sus guerreros, se dispuso a marchar sobre Ay. Escogió Josué treinta mil guerreros valientes y los hizo partir de noche,




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