Ese día explicarás a tu hijo: «Hacemos esto recordando lo que el Señor hizo por mí cuando salí de Egipto».
Lo hemos escuchado con nuestros oídos, oh Dios; nuestros padres nos han contado lo que tú hiciste en sus días, en los días del pasado.
Así podrás contar a tus hijos y a tus nietos cómo castigué a Egipto y qué prodigios realicé entre ellos; y reconoceréis que yo soy el Señor.
Y cuando tu hijo te pregunte el día de mañana: «¿Qué significa esto?», le responderás: «El Señor, con su gran poder, nos sacó de Egipto donde vivíamos como esclavos.
Solo la vida te da gracias, como hago yo ahora ante ti. El padre enseña a los hijos lo que es tu fidelidad.
Y vosotros, los padres, no hagáis de vuestros hijos unos resentidos; educadlos, más bien, instruidlos y corregidlos como lo haría el Señor.
Y el día de mañana, cuando tu hijo te pregunte: «¿Qué significan estos estatutos, normas y preceptos que el Señor nuestro Dios os ha dado?»,