El rey entonces ordenó que viniese Amán inmediatamente para aceptar la invitación de Ester. Así pues, el rey y Amán asistieron al banquete que Ester había organizado.
Ester respondió: —Si al rey le parece bien, venga hoy acompañado de Amán al banquete que he preparado en su honor.
Aún estaban hablando con Amán, cuando llegaron los eunucos reales para acompañarle inmediatamente al banquete que ofrecía Ester.