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Referencias Cruzadas

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Esdras 9:9

La Palabra (versión española)

Hemos sido esclavos, pero nuestro Dios no nos ha abandonado en nuestra esclavitud, sino que ha desplegado su misericordia ante los reyes de Persia para animarnos a levantar el Templo de nuestro Dios, para restaurar sus ruinas y darnos protección en Judá y Jerusalén.

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25 Referencias Cruzadas  

Algunos de los cabezas de familia, al llegar al Templo del Señor en Jerusalén, entregaron espontáneamente donativos para que el Templo de Dios fuera reconstruido en su lugar.

volvió de Babilonia. Era Esdras un escriba versado en la ley de Moisés otorgada por el Señor, Dios de Israel. El rey le concedía todo lo que pedía porque Esdras gozaba del favor del Señor.

Llegó a Jerusalén en el quinto mes de dicho séptimo año del rey.

¡Oh Dios nuestro!, ¿qué podemos decir ahora después de todo esto? Porque hemos abandonado tus mandamientos,

Solo entonces les dije: —Ya veis la ruinosa situación en la que estamos: Jerusalén desolada y sus puertas devoradas por el fuego. Venid y reconstruyamos la muralla de Jerusalén; dejaremos así de ser objeto de oprobio.

No quisieron escucharte, no se acordaron de las maravillas que hiciste en su favor; rebeldes y tozudos, se empeñaron en regresar a su situación de esclavitud. Pero tú eres un Dios que perdona, un Dios clemente y compasivo, lento a la ira y rico en amor. Así que no los abandonaste,

que no haya quien lo trate bien ni sienta piedad de sus huérfanos.

Si camino en peligro, me salvas la vida, extiendes tu mano contra mis rivales y tu diestra me pone a salvo.

El día en que el Señor te haga descansar de tus congojas, de tus desasosiegos y de la dura esclavitud a la que te viste sometida,

La cavó y la descantó, y plantó cepas selectas. Levantó en medio una torre y excavó en ella un lagar. Esperó que diera uvas, pero solo crio agraces.

Ahora os daré a conocer lo que voy a hacer con mi viña: derribar su cerca y que sirva de pasto, romper su muro y que sea pisoteada.

Reconstruirán las ruinas antiguas, reedificarán los escombros de antaño, renovarán las ciudades devastadas, los escombros abandonados por generaciones.

Así pues, diles: Esto dice el Señor Dios: Cuando los llevé a naciones lejanas y los dispersé por otros países, yo fui su santuario, por poco tiempo, en los países adonde llegaron.

Entérate y entiende bien esto: desde que se promulgó el decreto de restaurar y reconstruir Jerusalén hasta la llegada de un príncipe ungido, pasarán siete semanas y sesenta y dos semanas. Será reconstruida con sus calles y fosos, pero en momentos difíciles.

Esperáis encontrar mucho, pero halláis poco: lo que traéis a casa yo lo disipo de un soplo. ¿Por qué causa es así? —dice el Señor del universo—. Pues porque es mi Templo el que está en ruinas, mientras cada uno de vosotros se preocupa de su propia casa.

Alcé la vista y, al mirar, vi a un hombre que tenía en la mano una cinta para medir.




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