Los sacerdotes, levitas, porteros, cantores, gente del pueblo, donados y todos los demás israelitas se establecieron en sus ciudades. Al llegar el séptimo mes, residían ya los israelitas en sus respectivas ciudades».
Se congregó todo el pueblo, de común acuerdo, en la plaza que está delante de la Puerta de las Aguas y pidieron al escriba Esdras que trajese el libro de la Ley de Moisés, la que había dado el Señor a Israel.
Esta será para vosotros una norma perpetua: el día décimo del séptimo mes, ayunaréis y no haréis trabajo alguno, ni el nacido en el país, ni el extranjero residente entre vosotros.
—Habla a los israelitas y diles: El primer día del séptimo mes será para vosotros un día de descanso solemne en el que celebraréis una asamblea santa convocada al son de trompeta;
A diario acudían al Templo con constancia y en íntima armonía, en familia partían el pan y compartían juntos el alimento con sencillez y alegría sinceras.
El grupo de los creyentes estaba totalmente compenetrado en un mismo sentir y pensar, y ninguno consideraba de su exclusiva propiedad los bienes que poseía, sino que todos los disfrutaban en común.
Pero tengo algo que pediros, hermanos, y lo hago en nombre de nuestro Señor Jesucristo: que haya concordia entre vosotros. Desterrad cuanto signifique división y recuperad la armonía pensando y sintiendo lo mismo.
Tres veces al año irán todos los varones a presentarse ante el Señor tu Dios, al lugar que el Señor haya escogido: en la fiesta de los Panes sin levadura, en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de las Enramadas. Nadie se presentará ante el Señor con las manos vacías,
Acudieron entonces todos los israelitas desde Dan hasta Berseba junto con los del país de Galaad y se reunieron todos de común acuerdo delante del Señor en Mispá.