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Referencias Cruzadas

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Daniel 9:17

La Palabra (versión española)

Escucha, Dios nuestro, la plegaria y las súplicas de tu siervo. Por tu honor, Señor, mira con buenos ojos tu santuario desolado.

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20 Referencias Cruzadas  

Atiende, pues, Señor, Dios mío, a la súplica y a la plegaria de tu siervo; escucha el grito y la súplica que tu siervo te dirige hoy.

mantén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para escuchar la oración que este tu siervo te dirige hoy, día y noche, a favor de los israelitas, tus servidores. Confieso los pecados que los israelitas hemos cometido contra ti: tanto yo como la familia de mi padre hemos pecado

Que brille tu rostro sobre tu siervo, enséñame tus normas.

Muchos dicen: «¿Quién nos mostrará el bien?». ¡Extiende sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor!

Que Dios tenga piedad y nos bendiga, que haga brillar su rostro sobre nosotros, [Pausa]

para que en la tierra se conozcan sus designios y en todas las naciones su salvación.

Encamina tus pasos hacia las ruinas eternas: el enemigo ha devastado todo en el santuario.

Escucha, pastor de Israel, tú que conduces a José como a un rebaño, tú que te sientas sobre querubines, muéstrate;

¡Oh Señor, Dios del universo, renuévanos, ilumina tu rostro y estaremos salvados!

¡Oh Dios, renuévanos, ilumina tu rostro y estaremos salvados!

Oh Señor, Dios del universo, ¿hasta cuándo te enfurecerá la oración de tu pueblo?

¡Dios del universo, renuévanos, ilumina tu rostro y estaremos salvados!

Por mí, por mí mismo lo hago, pues no quiero que deshonren mi nombre ni cedo mi gloria a los demás.

¡Escucha mi voz, no cierres tu oído al grito de auxilio!

porque el monte Sion está asolado y por él merodean las raposas.

¡Escúchanos, Señor! ¡Perdónanos, Señor! ¡Atiende y actúa sin tardanza, Señor! Hazlo por tu honor, Dios mío, pues tu ciudad y tu pueblo invocan tu nombre.

Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa.

pues todas las promesas de Dios se han hecho realidad en él. Precisamente por eso, él sustenta el «Amén» con que nosotros glorificamos a Dios.

Tampoco necesita sol ni luna que la alumbren; la ilumina la gloria de Dios, y su antorcha es el Cordero.




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