Hermanos, habéis sido llamados a disfrutar de libertad. ¡No utilicéis esa libertad como tapadera de apetencias puramente humanas! Al contrario, haceos esclavos los unos de los otros por amor.
sino que me dirigí en primer lugar a los habitantes de Damasco, y luego a los de Jerusalén, a los de todo el país judío y a los de las naciones extranjeras, proclamando la necesidad de convertirse, de volver a Dios y de observar una conducta propia de gente convertida.
Conscientes del respeto que merece el Señor, nos esforzamos en convencer a los demás, pues lo mismo que nuestra vida no tiene secretos para Dios, espero que tampoco los tenga para vosotros.
Pero cuando tocó el tema de la rectitud de conducta, del dominio de sí mismo y del juicio venidero, Félix se atemorizó y exclamó: —Puedes retirarte. Ya te llamaré cuando lo crea oportuno.
devuélvele el manto antes de la puesta del sol, para que se cubra con él durante la noche. Él estará agradecido contigo y el Señor tu Dios tendrá en cuenta esta buena acción.
Y siguieron diciendo: —Vamos a edificar una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo, para hacernos famosos y para no dispersarnos por toda la tierra.
Pero temí las burlas del enemigo, que los adversarios pudieran entenderlo mal y pensaran: «La victoria ha sido nuestra, nada de esto lo ha hecho el Señor».
Decía [el rey de Samaría]: «Lo he hecho con la fuerza de mi mano, con mi sabiduría y con mi perspicacia. Desvié las fronteras de los pueblos, me he apropiado de todos sus tesoros, abatí como un héroe a sus reyes.
Confiabas en tu maldad y decías: «No hay nadie que me vea»; pero tu destreza y tu saber han acabado por extraviarte. Decías en tu interior: «Yo sola y nadie más»;
Dirás: Esto dice el Señor Dios: Aquí estoy contra ti, faraón, rey de Egipto, cocodrilo gigantesco tumbado en medio del Nilo. «Mío es mi Nilo —dices—, yo mismo lo hice».
Esto sucederá a la ciudad alegre, la que vivía confiada diciendo en su corazón: «Solo yo y nadie más». ¡Cómo ha quedado asolada, convertida en guarida de bestias! Todo el que pase junto a ella silbará y agitará su mano.