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Referencias Cruzadas

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Daniel 4:2

La Palabra (versión española)

tuve un sueño que me preocupó; las visiones que pasaron por mi mente mientras dormía llegaron a alarmarme.

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19 Referencias Cruzadas  

entonces me aterras con sueños, entonces me atemorizas con pesadillas.

Líbrame de verter sangre, oh Dios, Dios que me salvas, y mi lengua cantará tu justicia.

Cuidas la tierra y la riegas, la colmas de bienes sin fin; la acequia caudalosa rebosa de agua, pones a punto la tierra para el grano:

Venid y oídme; yo os contaré a cuantos veneráis a Dios lo que él ha hecho por mí.

A pesar de mi vejez y mi pelo encanecido, tú, oh Dios, no me abandones, hasta que anuncie tu poder a esta generación, tu fuerza a todos sus descendientes.

El año segundo de su reinado, Nabucodonosor tuvo unos sueños que turbaron su espíritu y no le dejaban dormir.

Entonces Nabucodonosor se arrimó más a la boca del horno ardiente y gritó: —Sadrac, Mesac y Abednegó, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Sadrac, Mesac y Abednegó salieron de en medio del fuego.

El árbol que viste crecer corpulento, cuya copa llegaba hasta el cielo y que era visible desde toda la tierra,

Así pues, majestad, acepta de buen grado mi consejo: corrige tus desvíos haciendo buenas obras y expía tus delitos practicando la misericordia con los pobres; de ese modo, se prolongará tu felicidad.

Esto fue lo que le sucedió al rey Nabucodonosor.

Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y reconozco la gloria del Rey del cielo: todas sus obras son verdaderas; todas sus formas de actuar, justas. Él tiene poder para humillar a las personas arrogantes.

El Dios Altísimo, majestad, concedió a tu padre Nabucodonosor soberanía, poder, fama y honor.

Ordeno que en todos los dominios de mi reino todos veneren y respeten al Dios de Daniel. Él es el Dios vivo y eterno; su reino no será aniquilado, su imperio durará hasta el fin.

Blasfemará contra el Altísimo, perseguirá a los santos del Altísimo y tratará de cambiar las fiestas y la ley. Los santos le estarán sometidos durante un tiempo, dos tiempos y medio tiempo.

Jesús lo regañó: —Solo creéis si veis milagros y prodigios.

Dijo entonces Josué a Acán: —Hijo mío, da gloria al Señor, Dios de Israel, y ríndele alabanza; confiésame lo que has hecho, no me lo ocultes.




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