¡Qué hermosos tus pies en las sandalias, princesa! Las curvas de tus caderas son alhajas fabricadas por manos de artesanos.
Tendrás hijos a cambio de tus padres y los erigirás príncipes por toda la tierra.
ello dará salud a tu cuerpo y fortaleza a tus huesos.
Sus manos, argollas de oro, enjoyadas de topacio; su vientre, marfil labrado, recubierto de zafiros.
Vuelve, vuelve, Sulamita; vuelve, vuelve, que te veamos. ¿Qué veis en la Sulamita cuando danza entre dos coros?
Tu ombligo es copa redonda donde no falta el licor. Tu vientre, montón de trigo rodeado de azucenas.
Escuchadme, casa de Jacob, resto de la casa de Israel, que os llevé desde el seno materno, que os transporté desde el vientre:
—Antes de formarte yo en el vientre, ya te conocía; antes de que salieras de las entrañas maternas, te consagré profeta y te destiné a las naciones.
De modo semejante, también vosotros, hermanos míos, por la muerte corporal de Cristo, habéis muerto a la ley. Sois, pues, libres para entregaros a otro, al resucitado de entre los muertos, a fin de producir frutos para Dios.