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Referencias Cruzadas

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Cantares 5:4

La Palabra (versión española)

Mi amor metió su mano en la rendija y se me estremecieron las entrañas.

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12 Referencias Cruzadas  

Las entrañas de José se conmovieron al ver a su hermano y, no pudiendo contener las lágrimas, marchó apresuradamente a su alcoba y allí estuvo llorando.

Noé tenía seiscientos años cuando reventaron las fuentes del océano y se abrieron las compuertas del cielo. Era el día diecisiete del mes segundo.

Entonces la madre del niño vivo, profundamente angustiada por su hijo, suplicó al rey: —Majestad, dadle a ella el niño vivo. ¡No lo matéis! La otra, en cambio, decía: —¡Ni para ti ni para mí! ¡Que lo partan!

Tu pueblo se te ofrecerá cuando se manifieste tu poder; con sagrado esplendor, desde el seno de la aurora, como rocío te he engendrado.

Condúceme detrás de ti y corramos: ¡llévame, rey, a tu alcoba! Disfrutemos y gocemos los dos juntos, saboreando más que el vino tus amores. ¡Con razón ellas te aman!

¿No es Efraín mi hijo querido? ¿No es mi niño encantador? Cada vez que lo reprendo, vuelvo a acordarme de ello, mis entrañas se conmueven, me apiado sin falta de él —oráculo del Señor—.

Una de ellas, llamada Lidia, procedía de Tiatira y se dedicaba al negocio de la púrpura; era, además, una mujer que rendía culto al verdadero Dios. Mientras se hallaba escuchando, el Señor tocó su corazón para que aceptara las explicaciones de Pablo.

Doy gracias a Dios por haber hecho que Tito comparta mi preocupación por vosotros.

Es Dios mismo quien realiza en vosotros el querer y el hacer, más allá de vuestra buena disposición.




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