Cantares 5:2

La Palabra (versión española)

Yo dormía con el corazón en vela y escuché la voz de mi amor: —Ábreme, hermana y compañera mía, mi paloma sin defecto, que traigo la cabeza cubierta de rocío y los rizos mojados del relente nocturno.

Referencias Cruzadas

Génesis 29:20

Y así Jacob trabajó por Raquel durante siete años, pero estaba tan enamorado de ella que le parecieron unos pocos días.

Salmos 119:1

Felices los de conducta intachable, los que caminan en la ley del Señor.

Salmos 81:10

Yo soy Dios, tu Señor, quien te sacó de la tierra de Egipto. ¡Abre tu boca y yo te saciaré!

Proverbios 23:26

Hijo mío, confía en mí y mira con buenos ojos mis indicaciones.

Cantares 1:16

¡Qué hermoso eres, amor mío! ¡Todo es delicia en ti! Nuestro lecho es de hierba,

Cantares 2:10

Mi amor habla y me dice: «Levántate, mi amada, hermosa mía, y ven.

Cantares 2:14

Paloma mía, escondida en las grietas de las rocas, en los huecos más recónditos, déjame ver tu figura, déjame escuchar tu voz, ¡es tan dulce tu voz y tan bella tu figura!».

Cantares 2:8

¡Es la voz de mi amor! Miradlo cómo viene, brincando por los montes, saltando por los cerros.

Cantares 3:1

En mi cama, por la noche, busqué al amor de mi vida, lo busqué y no lo encontré.

Cantares 4:7

¡Tú eres toda hermosa, amor mío! ¡No hay en ti ningún defecto!

Cantares 4:9

Me robaste el corazón, hermana y novia mía, me robaste el corazón con una sola mirada, con una sola perla del collar.

Cantares 5:11

Su cabeza es oro puro con los cabellos rizados y más negros que los cuervos.

Cantares 5:6

Yo misma abrí a mi amor y mi amor se había marchado. ¡El alma se me fue con sus palabras! Lo busqué y no lo hallé, lo llamé y no respondió.

Cantares 6:9

única es mi paloma sin defecto, única para su madre, favorita de la que la parió. Al verla, muchachas la felicitan, reinas y concubinas la ensalzan.

Cantares 7:9

Dije: «Subiré a la palmera y recogeré sus dátiles». Tus pechos serán racimos de uvas y tu aliento, aroma de manzanas.

Cantares 8:7

No podrán los océanos apagar el amor, ni los ríos anegarlo. Para el que quiera comprar el amor con todas sus riquezas, el más profundo desprecio.

Isaías 50:6

Ofrecí mi espalda a los que me azotaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba; y no me tapé la cara cuando me insultaban y escupían.

Isaías 52:14

Así como muchos se espantaban de él al verlo tan desfigurado, sin aspecto de persona, con una figura sin rasgos humanos,

Daniel 8:18

Mientras me hablaba, permanecí con el rostro en tierra, como aletargado. Pero él me tocó e hizo que me incorporase.

Zacarías 4:1

Retornó el ángel que hablaba conmigo y me despertó como se despierta a alguien que está dormido.

Mateo 7:8

Pues todo el que pide, recibe, y el que busca, encuentra, y al que llama, Dios le abrirá la puerta.

Mateo 8:17

De este modo se cumplió lo dicho por medio del profeta Isaías: Tomó sobre sí nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades.

Marcos 1:35

De madrugada, antes de amanecer, Jesús se levantó, salió de la ciudad y se dirigió a un lugar apartado a orar.

Lucas 22:44

Jesús, lleno de angustia, oraba intensamente. Y le caía el sudor al suelo en forma de grandes gotas de sangre].

Lucas 6:12

Por aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó toda la noche orando a Dios.

Lucas 9:32

Pedro y sus compañeros se sentían cargados de sueño, pero se mantuvieron despiertos y vieron la gloria de Jesús y a los dos personajes que estaban con él.

Juan 10:4

Cuando ya han salido todas, camina delante de ellas y las ovejas siguen sus pasos, pues lo reconocen por la voz.

Gálatas 2:20

Ya no soy yo quien vive; es Cristo quien vive en mí. Mi vida en este mundo consiste en creer en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí.

Efesios 5:14

y lo que queda al descubierto, se convierte, a su vez, en luz. Por eso se dice: «Despierta tú que estás dormido, levántate de la muerte, y te iluminará Cristo».

Apocalipsis 14:4

Estos son los que no se contaminaron con la idolatría manteniéndose vírgenes, los que forman el cortejo perenne del Cordero, los rescatados de entre la humanidad como primeros frutos para Dios y para el Cordero,

Apocalipsis 3:20

¿No ves que estoy llamando a la puerta? Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré en su compañía.

Apocalipsis 3:4

Bien es verdad que ahí, en Sardes, viven contigo unos cuantos de conducta irreprochable; un día me acompañarán vestidos de blanco, porque así lo han merecido.