Sus ojos son dos palomas sobre pilones de agua, que se bañan en leche y se posan en la alberca.
¡Qué hermosa eres, amor mío! ¡Qué hermosa eres! Tus ojos son palomas entre el velo, y tu pelo, un rebaño de cabras que baja las laderas de Galaad.
¡Qué hermosa eres, amor mío! ¡Qué hermosa eres! ¡Tus ojos son palomas!
Ninguna criatura se le oculta a Dios; todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquel ante quien debemos rendir cuentas.
piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el pectoral.