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Referencias Cruzadas

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Cantares 4:13

La Palabra (versión española)

De ti brota un jardín de granados con frutos exquisitos, de alheña y de nardo;

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18 Referencias Cruzadas  

Mi amado es un manojo de alheña de las viñas de Engadí.

A mi nogueral bajé a ver los brotes del valle, a ver las vides en cierne y los granados en flor.

me hice huertos y jardines y en ellos planté toda clase de frutales;

Mientras el rey se sentaba a la mesa, mi nardo esparcía su aroma.

y seáis colmados de los frutos de salvación que otorga Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

María tomó un frasco de perfume muy caro —casi medio litro de nardo puro— y lo derramó sobre los pies de Jesús; después los secó con sus cabellos. La casa entera se llenó de la fragancia de aquel perfume.

Estaba Jesús en Betania, en casa de un tal Simón, a quien llamaban el leproso. Mientras se hallaba sentado a la mesa, llegó una mujer que llevaba en un frasco de alabastro un perfume de nardo auténtico y muy valioso. Rompió el frasco y vertió el perfume sobre la cabeza de Jesús.

Igual que la tierra produce sus renuevos, lo mismo que germinan brotes en un jardín, así hace germinar el Señor Dios la liberación y el canto de triunfo ante todos los pueblos.

Todos los de tu pueblo serán justos, poseerán la tierra a perpetuidad: ellos son el brote que planté, la obra que realicé para mi gloria.

Te llevaría y te entraría a la casa de mi madre, donde tú me enseñarías y yo te serviría el vino oloroso y mi licor de granadas.

Mi amor ha bajado a su jardín, a los macizos de bálsamos, a apacentar en los huertos, a recoger azucenas.

nardo y azafrán, canela y cinamomo; con toda clase de árboles de incienso, mirra y áloe, con las más selectas especias.

Aún en la vejez darán su fruto, se mantendrán fecundos y frondosos,

Un manzano entre árboles silvestres es mi amado entre los mozos. Me gusta sentarme a su sombra, paladear su dulce fruta.

¡Despierta, cierzo! ¡Ven aquí, ábrego! Oread mi jardín, que esparza sus aromas. Que venga mi amor a su jardín y coma de sus frutos exquisitos.

ninguno estorba al compañero, avanza cada cual por su camino; aunque caigan flechas a su alrededor, no rompen la formación.




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