todos van armados con espadas, como expertos guerreros; cada uno con su espada al flanco ante amenazas nocturnas.
Dije también al pueblo: —Que cada uno pernocte con su criado dentro de Jerusalén, haciendo guardia de noche y trabajando de día.
Ni yo, ni mis familiares, ni mis muchachos, ni los hombres de la guardia que me acompañaban nos quitábamos el vestido; nadie se separaba de su arma.
Valiente, cíñete al costado la espada que es tu esplendor y tu grandeza.
No temerás el terror de la noche, ni la flecha que ondea de día,
Esa es la litera de Salomón, escoltada por sesenta valientes, de lo más escogido de Israel:
El rey Salomón se hizo un palanquín con maderas del Líbano:
Yo, el Señor, me ocupo de ella, la riego muy a menudo; para que no le falten hojas, la cuido de noche y día.
Pues voy a incitar contra Babilonia una asamblea de naciones poderosas; llegarán desde el norte contra ella y desde el norte será conquistada. Sus flechas, como de experto guerrero, no volverán de vacío.
Ejud se hizo un puñal de dos filos, de casi medio metro de largo, y se lo ciñó debajo de la ropa sobre el muslo derecho.